Ya tenemos fecha prevista para la guerra en Ucrania. Más concretamente, la tiene Estados Unidos, que calcula que el 15 de este mes es, día arriba o abajo, la jornada en la que comenzaría la hipotética invasión por parte de Rusia. Vale, tenemos la previsión de ataque, tenemos el lugar y tenemos a los protagonistas. Solo falta el plan para evitarlo. Porque algo habrá que hacer más allá de seguir con las amenazas públicas –y es de suponer que privadas– y las caras de enfado. Y continuar por la vía de la toma de posiciones y el aumento del armamento nos llevaría a un conflicto en el que no deberíamos querer estar. Eso también lo han calculado los estadounidenses: podría causar en torno a 50.000 muertos. Esperemos que a nadie le salga a cuenta a cambio de su objetivo.