Después de que Instagram le censurara dos ilustraciones sobre el placer y la sexualidad femenina, María Hesse se dio cuenta de que este tipo de cosas todavía no están del todo superadas en nuestra sociedad y se decidió a publicar un libro dedicado al tema.
Así nació “El placer”, un libro “que habla de lo que es la sexualidad de la mujer y de toda la censura y el tabú que hay en torno a nosotras”, señala Hesse, que ayer participó con este libro en el ciclo “Somos o que lemos”, que se celebra en la Fundación Luis Seoane.
“Muchas lectoras me dicen que se sienten identificadas con lo que se cuenta en el libro”, indica, “aunque obviamente cada una vive su sexualidad a su manera”, añade. “Todas hemos padecido el estigma de nuestra sexualidad, porque se ha tratado más como objeto que como placer”, explica la ilustradora.
Tras su experiencia y lo que trata de relatar con sus textos e ilustraciones en “El placer”, Hesse señala que lo que más hace falta para normalizar la sexualidad es la educación, “desde las familias, los colegios... obviamente teniendo en cuenta la edad, porque a cualquier edad no se tratan los mismos temas”. “Lo ideal es que nos den una educación afectivo-sexual”, sentencia sobre el tema.
Pero el propio ámbito educativo debe evolucionar y mejorar, “porque, por ejemplo, los genitales femeninos no aparecen completos” en los libros de texto, por lo que “todavía hace falta avanzar”.
En su libro comienza hablando del peso de la religión en la concepción de la sexualidad, y cree que todavía sigue teniendo mucho peso, a pesar de la evolución. “Venimos de una cultura católica muy fuerte y el referente por excelencia es la Vírgen María, eso sigue pesando”, indica María Hesse, que utiliza precisamente estas figuras en su obra para ilustrar como se entendió la sexualidad, de ambos sexos, a lo largo de la historia.
Trayectoria
"Yo he dibujado siempre”, señala la autora sobre su pasión, pero “de manera profesional”, desde hace unos seis años, a pesar de haber dedicado la práctica totalidad de su vida a la ilustración.
Tal y como explica la propia ilustradora, “busco referencias en la literatura, en el cine, en la fotografía... va fluctuando según el momento de mi vida”, a lo que añade que las “referencias” a la hora de componer alguna de sus obras “están en cualquier sitio”. Como por ejemplo el cuerpo de la mujer o las plantas como símbolos de vida, elementos que utiliza, no sólo en “El Placer”, sino en muchas otras de sus obras.